Enrique Castejón Lara
Espacio de reflexión profesional y académica sobre el acontecer político y social en Venezuela y el mundo, desde una perspectiva comunicacional. Un blog que ofrece una visión alternativa de una sociedad en constante transformación.
lunes, 20 de marzo de 2023
miércoles, 22 de febrero de 2023
Producción Integral de Publicaciones
domingo, 24 de abril de 2022
MANIPULATION OF CONFLICTS IN THE SOCIAL MEDIA
NEWS WAR WITHOUT TRENCHES
MANIPULATION OF CONFLICTS IN THE SOCIAL MEDIA
Enrique Castejon-Lara
©April, 2022
The appearance of the social media, thanks to the versatility of the Internet, was welcomed by many people, especially the young ones, because they allowed, in a more agile and expedited way than the first "group messengers" applications, to connect with friends and relatives. For that reason, those new communication “channels” became very quickly in the most fantastic and enjoying virtual social connection. However, when this new technological resource expanded itself exponentially —to unimagined proportions—, the situation changed radically. The manipulative experts, from all ideological sides, began to flood them with their distorted messages, and that transformed the funny social media in a very worrying swamp of lies.
This alarming situation, however, is not an exclusive phenomenon of the 21st century or the digital age. Since the emergence of the mass media —starting with the newspapers—, they were seen as possible "combat weapons" on the ideological field and, in the mid-20th century, as an effective mechanism to combat in the own place of war. The two sides in conflict during World War II used specialists in manipulation of the human mind to send negative messages to the enemy and positive ideas to the allies. At that time, these strategies transcended the printed media and adopted the new ones (radio, television and movies).
After that, and with the help of many of the same "manipulator experts" of World War II, the postwar political forces continued using and, even, improving the propaganda techniques popularized by Joseph Goebbels and many others that emerged as a consequence of the "experimentation" in the area of collective human behavior. That was the beginning of the Cold War, a new kind of ideological rivalry, without warlike confrontation. However, despite the fact that this period of political and geopolitical tensions between the main dominant nations in the world in theory culminated in the early 1990s, these practices are still being used today.
No doubt, the "vulnerability" of the human mind has been the best ally of these "unscrupulous communicators." Sometimes, anything they say, according to the basic principles of manipulation techniques (especially those related to false "convincing argumentation") is more "credible" than all the experts and scientists’ explanations through traditional mass media.
It is, then, an extremely interesting —and worrying— phenomenon, because the saturation of manipulated “confidential” messages through social networks such as Facebook, WhatsApp and Twitter begin to obtain a “dark power” capable to convince uninformed people of a “reality” totally contrary to what is, indeed, happening in the scientific, technological, political and academic world. That's what the manipulators are betting on, as they know their lies will spread with a “snowball” effect caused by the unsuspecting users who forward them. As a result, fake news is being accepted more easily. This is one of the main reasons why this communicational universe in cyberspace has become a "paradise" for the manipulation and creation of chaos in digital information flows.
REFERENCES
CASTEJON-LARA, Enrique. Fake news conspiracy. Kindle Direct Publishing, 2019.
PACKARD, Vance. Hidden persuaders. Editorial LG. United States, 2007.
Manipulación de Conflictos en las Redes Sociales
Guerra de Información sin Trincheras
Manipulación de Conflictos en las Redes Sociales
Enrique Castejón-Lara
© Abril, 2022
La aparición de las redes sociales, gracias a la versatilidad de Internet, fue recibida con beneplácito por muchas personas, en especial los jóvenes, porque permiten, de una manera más ágil y expedita que las primeras aplicaciones “messengers¨, conectarse con grupos de amigos y familiares. Pero cuando ese nuevo recurso tecnológico creció exponencialmente —hasta proporciones no imaginadas—, la situación cambió radicalmente. Los expertos manipuladores, de todos los bandos ideológicos, comenzaron a inundarlas con sus mensajes distorsionados, y eso transformó las divertidas redes sociales en una muy preocupante ciénaga de mentiras.
Esta situación alarmante, sin embargo, no es un fenómeno exclusivo del siglo XXI ni de la era digital. Desde sus inicios, los medios masivos de comunicación —comenzando por los periódicos— fueron vistos como potenciales “armas de combate” en el plano ideológico y, a mediados del siglo XX, en el mismo terreno de los enfrentamientos bélicos. Los dos bandos en conflicto durante la Segunda Guerra Mundial recurrieron a especialistas en manipulación de la mente humana para dirigirles mensajes negativos al enemigo y positivos a los aliados. Esas estrategias trascendieron los medios impresos y pasaron a los audiovisuales (radio, televisión y cine).
A partir de entonces, y con la ayuda de muchos de los mismos “expertos manipuladores” de la II Guerra Mundial, las fuerzas políticas de postguerra siguieron utilizando y, más aún, perfeccionando las técnicas propagandísticas popularizadas por Joseph Goebbels y muchas otras que fueron surgiendo como consecuencia de la “experimentación” en el área de la conducta humana colectiva. Fue el inicio de la Guerra Fría, de un nuevo modo de rivalidad ideológica, no bélica. Sin embargo, a pesar de que ese período de tensiones políticas y geopolíticas entre las principales naciones dominantes en el mundo en teoría culminó a comienzos de los años 90, esas prácticas aún se siguen utilizando en nuestros días.
Sin duda, la “vulnerabilidad” de la mente humana ha sido la mejor aliada de esos “comunicadores inescrupulosos”. Cualquier cosa que digan, de acuerdo a los principios básicos de las técnicas de la manipulación (especialmente los relacionados con la falsa “argumentación convincente”) resultan más “creíbles” que las explicaciones a través de medios tradicionales de los expertos serios y de los científicos, dependiendo del tipo de mensaje.
Se trata, entonces, de un fenómeno sumamente interesante —y preocupante—, porque la saturación de mensajes manipulados “confidenciales” a través de las redes sociales como Facebook, WhatsApp y Twitter comienzan a obtener un “poder sombrío” capaz de convencer a grupos de personas desinformadas de lo contrario a lo que realmente acontece en el mundo científico, tecnológico, político y académico. A eso es lo que apuestan los manipuladores, ya que saben que sus mentiras se esparcirán con un efecto “bola de nieve” provocado por los incautos usuarios que las reenvían. Como resultado, las noticias falsas comienzan a ser aceptadas con mayor facilidad. Esa es una de las principales razones por las cuales ese universo comunicacional en el ciberespacio se ha convertido en un “paraíso” para la manipulación y creación de caos en los flujos de información digital.
REFERENCIAS
Castejón-Lara, Enrique. Fake News Conspiracy. Kindle Direct Publishing, 2019.
Packard, Vance. Hidden persuaders. LG Publishing. USA, 2007.
miércoles, 10 de noviembre de 2021
25 Años de la Formación Universitaria de Locutores en Venezuela
Enrique Castejón Lara
Noviembre, 2021
Los avances producidos en el estudio de la comunicación social, a partir de los procesos de renovación académica de los años setenta en varias universidades del mundo, hizo que en algunos países, incluyendo varios en vía de desarrollo, se empezara a visualizar el estudio de esa disciplina de una manera holística.
Esa nueva concepción hizo que los investigadores y académicos no sólo centraran su atención en los ejes de la clásica estructura comunicacional (emisor — canal-mensaje — receptor), sino que también evaluaran los diversos sub-componentes de cada uno de ellos. De ese modo, se comenzaron a realizar estudios, a nivel del emisor, que incluían a las más diversas fuentes y promotores de información en todas las instancias posibles. En el caso del periodismo, por ejemplo, no sólo se le prestó atención al reportero y sus informantes, sino también al Jefe de Información, a los secretarios de Redacción* (cuando existían) y a los editores de secciones.
Sin embargo, en el mundo audiovisual, específicamente en la Radio, no se le había prestado atención a un componente fundamental en la sub-estructura de la fase inicial del proceso de comunicación de masas. Ese componente es el locutor, la persona encargada de cumplir con la mayor fidelidad posible el último paso para la colocación del mensaje en el “canal” de transmisión. En el caso específico de Venezuela, ese último paso había comenzado a presentar serias fallas que se se generalizaban de manera preocupante, conforme se incorporaban nuevos locutores sin formación previa. Por eso, los sectores académicos y profesionales comenzaron a hacer observaciones críticas a la calidad de su desempeño.
Instituciones como las escuelas de Comunicación Social del país y el Colegio Nacional de Periodistas, comenzaron a plantearle al gobierno la necesidad de evaluar la formación de los aspirantes a locutor antes de otorgarle la certificación legal. Esas recomendaciones, finalmente, fueron escuchadas a mediados de la década de los noventa, cuando el Ministerio de Educación**, dependencia gubernamental encargada del otorgamiento de los certificados de locución, traspasó a las universidades la responsabilidad de la selección de los nuevos locutores.
La primera institución contactada fue la Universidad Central de Venezuela y el encargado de canalizar esa solicitud fue el profesor Adolfo Herrera, quien en ese entonces era el director de la Escuela de Comunicación Social (ECS). De inmediato, él se convirtió en el gran facilitador de la solicitud del Ministerio de Educación. Sin embargo, como era de esperarse, encontró una serie de obstáculos, la mayoría de ellos burocráticos, legales y funcionales dentro de la estructura académico-administrativa de la Universidad. Su idea inicial, como lo refirió en una oportunidad, era crear un Instituto de Estudios Superiores de locución, en virtud de que resultaba poco menos que imposible propiciar cambios en la estructura académica existente en la ECS.
La decisión del Ministerio de Educación y los problemas que frenaron los proyectos del profesor Adolfo Herrera, generaron una enorme presión por parte de los aspirantes a locutores, ya que el gobierno del doctor Rafael Caldera, al traspasar la responsabilidad de la aprobación de su certificación a las universidades, automáticamente había suspendido cualquier trámite de manera directa.
Me correspondió, a mediados de 1996, heredar esa presión de los aspirantes a locutores, como el nuevo director de la Escuela de Comunicación Social de la UCV. Conocía los proyectos del profesor Herrera y los enormes obstáculos que había enfrentado. Por esa razón, no quedó otra opción que precisar con las autoridades gubernamentales su visión del problema. En esa conversación, el responsable directo de la emisión de los certificados enfatizó que sólo nosotros, como representantes de las universidades, podíamos decidir cómo formar a los nuevos locutores y que ellos avalarían nuestra decisión suscribiendo los nuevos certificados.
En virtud de eso, comenzamos a evaluar diversas opciones consideradas académicamente factibles. También nos aseguramos de que la decisión que se tomara nos ayudara a atender rápidamente la fuerte demanda de los aspirantes a locutores. Finalmente, la solución fue un curso especial dirigido a egresados universitarios de cualquier profesión o especialidad. Eso, sin duda, lograba cubrir uno de los requisitos más importantes: la formación académica y profesional. Sólo había que estructurar un contenido centrado en la enseñanza de los principales aspectos teóricos y técnicos de la comunicación social, el adecuado manejo del castellano, fonética, dicción, principios éticos, etc.
Fui realmente afortunado al contar, dentro de la institución, con el apoyo total de la entonces decana de la Facultad de Humanidades y Educación de la UCV, profesora Josefina Bernal, y con la colaboración de profesionales muy valiosos y capacitados para emprender ese complejo proyecto. Entre ellos se encontraban el muy apreciado y recordado amigo Luis García, destacado periodista del mundo audiovisual y profesor por muchos años de esa especialidad, quien me acompañó en el equipo directivo como Coordinador Administrativo; Clarita Medina, profesora de la Cátedra de Radio y secretaria del Consejo de Escuela; Antonio Almeida, profesor de TV y quien constituyó un sólido pilar organizativo; Guillermo López, profesor de Periodismo y ex-director de la ECS, quien aportó valiosas experiencias académico-administrativas; Gerardo Oviedo, Coordinador de Control de Estudios y miembro de la Cátedra de Periodismo, y Luis Angulo, Coordinador Académico y miembro del Departamento de Castellano. Además, los cursos se fortalecieron con la participación entusiasta de los mejores profesores de la Universidad en las distintas áreas incorporadas al plan de estudios.
Aunque el curso estaba dirigido sólo a profesionales universitarios, también se admitieron estudiantes de los últimos semestres de las diversas escuelas de Comunicación Social del país, con la condición de que sólo se les entregarían los certificados de locución una vez finalizada su carrera. También se aprobó exonerar del curso a aquellos estudiantes de la especialidad audiovisual que aprobaran los talleres de locución existentes en el pénsum regular de la ECS, aunque el certificado también se les entregaría después de obtener su título profesional.
Los cursos se iniciaron hace 25 años, en 1996, entre los meses de octubre y diciembre, y se dictaban sólo los sábados para darle mayor oportunidad de participación a los profesionales universitarios que trabajaban durante la semana y para facilitarle la asistencia a quienes residían en el interior del país. Esa planificación, además, permitía utilizar a plenitud las instalaciones de la ECS.
Al terminar, en 1999, mi gestión como director de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela, los cursos de locución se interrumpieron, aunque, luego de algunos años, se restablecieron. En la actualidad, bajo la gestión del profesor Alejandro Terenzani, los cursos han sido adaptados —entre otras razones, por la pandemia del Covid-19— a la modalidad en línea utilizando las plataformas tecnológicas ofrecidas a través de Internet y gracias al convenio firmado con el Colegio Nacional de Periodistas.
Es muy satisfactorio para mí que, luego de 25 años, la certificación universitaria de los locutores del país aún se mantenga. Por ello, me enorgullezco de haber sido actor y parte de esa historia, junto a un equipo humano de extraordinario talento liderado por el recordado amigo Luis García. Gracias a todos ellos, nació la formación universitaria de los locutores en Venezuela.
* Entre los años 70 y 80 del siglo pasado, los procesos editoriales dentro de los medios de comunicación cambiaron producto de la incorporación de las computadoras. Esa circunstancia hizo que la entonces emblemática figura del Secretario de Redacción, factor fundamental en la corrección de estilo, desapareciera para darle paso a los editores de áreas o secciones, encargados de la revisión de textos digitales.
** Durante el segundo gobierno del presidente Rafael Caldera.
jueves, 11 de marzo de 2021
Social Media Users
A Smarter Social Media User Wanted
No New School, All Schools for His Training
By Enrique Castejon-Lara
© ECL, 2021
@ECastejonL
Abstract:
Intentionally or not, social media users have become a disruptive factor in the news broadcasting system by echoing fake news, manipulated messages and propaganda. For this reason, some sectors of the political and academic areas have suggested the establishment of control mechanisms, the first ones, and a special training, the others.
Historically, technology has provide wonderful tools to improve journalism practice and, at the same time, to impulse the development of mass media, specially since the second half of the XX century. All that progress meant a huge support for the news system establishment. And it looked good enough for every one until, at the end of that century, appeared Internet changing, in a remarkable way, the current information panorama, specially after the naive and cute social media emergency. For the first time in mass communication history, a new player without experience nor adequate training, broke in the regular news broadcast system all around the world.
As it happened at the middle of XX century with journalists, some mass communication experts and academics have suggest the creation of special courses to train social media user. However, the circumstances are quite different. News reporters work for self controlled (and public audit) mass media. Users of chatting applications are totally free to work on them. It is their right. To try control them directly or by government restrictions is a clear violation of a basic human right.
Only in the case of the amateur radio operator, Ham, who become very popular in the first half of the last century, it was necessary to establish rules and limitations. But, that situation was, also, special. No everybody had the money to buy a short wave radio nor a lot of people liked to use such devices. Hams are, indeed, very particular “communicators” and they understand clearly their specific rol and social compromising.
Nevertheless, it is true that social media users are disturbing the entire news broadcast system allowing and promoting the diffusion of fake news, manipulated information and propaganda. So, what can it be do? Democratically, the only way that look possible is the generalized training of people through the regular education system, introducing new subjects in existing civic awareness or ethics classes. Of course, this is a long term and relative solution. Not all people who receive civic and moral instruction act responsibly. But, the beginning is waiting for.
References:
Castejon-Lara, Enrique. Fake News Conspiracy: Use of Information Anarchy of Social Media to Siege Press. Kindle Direct Publishing, 2019.
Pember, Don R. Mass Media in America. Macmillan Pub Co, 1991.