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domingo, 24 de abril de 2022

MANIPULATION OF CONFLICTS IN THE SOCIAL MEDIA

NEWS WAR WITHOUT TRENCHES

MANIPULATION OF CONFLICTS IN THE SOCIAL MEDIA


Enrique Castejon-Lara

©April, 2022


The appearance of the social media, thanks to the versatility of the Internet, was welcomed by many people, especially the young ones, because they allowed, in a more agile and expedited way than the first "group messengers" applications, to connect with friends and relatives. For that reason, those new communication “channels” became very quickly in the most fantastic and enjoying virtual social connection. However, when this new technological resource expanded itself exponentially —to unimagined proportions—, the situation changed radically. The manipulative experts, from all ideological sides, began to flood them with their distorted messages, and that transformed the funny social media in a very worrying swamp of lies.

This alarming situation, however, is not an exclusive phenomenon of the 21st century or the digital age. Since the emergence of the mass media —starting with the newspapers—, they were seen as possible "combat weapons" on the ideological field and, in the mid-20th century, as an effective mechanism to combat in the own place of war. The two sides in conflict during World War II used specialists in manipulation of the human mind to send negative messages to the enemy and positive ideas to the allies. At that time, these strategies transcended the printed media and adopted the new ones (radio, television and movies).

After that, and with the help of many of the same "manipulator experts" of World War II, the postwar political forces continued using and, even, improving the propaganda techniques popularized by Joseph Goebbels and many others that emerged as a consequence of the "experimentation" in the area of collective human behavior. That was the beginning of the Cold War, a new kind of ideological rivalry, without warlike confrontation. However, despite the fact that this period of political and geopolitical tensions between the main dominant nations in the world in theory culminated in the early 1990s, these practices are still being used today.

No doubt, the "vulnerability" of the human mind has been the best ally of these "unscrupulous communicators." Sometimes, anything they say, according to the basic principles of manipulation techniques (especially those related to false "convincing argumentation") is more "credible" than all the experts and scientists’ explanations through traditional mass media.

It is, then, an extremely interesting —and worrying— phenomenon, because the saturation of manipulated “confidential” messages through social networks such as Facebook, WhatsApp and Twitter begin to obtain a “dark power” capable to convince uninformed people of a “reality” totally contrary to what is, indeed, happening in the scientific, technological, political and academic world. That's what the manipulators are betting on, as they know their lies will spread with a “snowball” effect caused by the unsuspecting users who forward them. As a result, fake news is being accepted more easily. This is one of the main reasons why this communicational universe in cyberspace has become a "paradise" for the manipulation and creation of chaos in digital information flows.


REFERENCES

CASTEJON-LARA, Enrique. Fake news conspiracy. Kindle Direct Publishing, 2019.

PACKARD, Vance. Hidden persuaders. Editorial LG. United States, 2007.


Manipulación de Conflictos en las Redes Sociales

Guerra de Información sin Trincheras

Manipulación de Conflictos en las Redes Sociales

Enrique Castejón-Lara

© Abril, 2022

La aparición de las redes sociales, gracias a la versatilidad de Internet, fue recibida con beneplácito por muchas personas, en especial los jóvenes, porque permiten, de una manera más ágil y expedita que las primeras aplicaciones “messengers¨, conectarse con grupos de amigos y familiares. Pero cuando ese nuevo recurso tecnológico creció exponencialmente —hasta proporciones no imaginadas—, la situación cambió radicalmente. Los expertos manipuladores, de todos los bandos ideológicos, comenzaron a inundarlas con sus mensajes distorsionados, y eso transformó las divertidas redes sociales en una muy preocupante ciénaga de mentiras.

Esta situación alarmante, sin embargo, no es un fenómeno exclusivo del siglo XXI ni de la era digital. Desde sus inicios, los medios masivos de comunicación —comenzando por los periódicos— fueron vistos como potenciales “armas de combate” en el plano ideológico y, a mediados del siglo XX, en el mismo terreno de los enfrentamientos bélicos. Los dos bandos en conflicto durante la Segunda Guerra Mundial recurrieron a especialistas en manipulación de la mente humana para dirigirles mensajes negativos al enemigo y positivos a los aliados. Esas estrategias trascendieron los medios impresos y pasaron a los audiovisuales (radio, televisión y cine).

A partir de entonces, y con la ayuda de muchos de los mismos “expertos manipuladores” de la II Guerra Mundial, las fuerzas políticas de postguerra siguieron utilizando y, más aún, perfeccionando las técnicas propagandísticas popularizadas por Joseph Goebbels y muchas otras que fueron surgiendo como consecuencia de la “experimentación” en el área de la conducta humana colectiva. Fue el inicio de la Guerra Fría, de un nuevo modo de rivalidad ideológica, no bélica. Sin embargo, a pesar de que ese período de tensiones políticas y geopolíticas entre las principales naciones dominantes en el mundo en teoría culminó a comienzos de los años 90, esas prácticas aún se siguen utilizando en nuestros días.

Sin duda, la “vulnerabilidad” de la mente humana ha sido la mejor aliada de esos “comunicadores inescrupulosos”. Cualquier cosa que digan, de acuerdo a los principios básicos de las técnicas de la manipulación (especialmente los relacionados con la falsa “argumentación convincente”) resultan más “creíbles” que las explicaciones a través de medios tradicionales de los expertos serios y de los científicos, dependiendo del tipo de mensaje.

Se trata, entonces, de un fenómeno sumamente interesante —y preocupante—, porque la saturación de mensajes manipulados “confidenciales” a través de las redes sociales como Facebook, WhatsApp y Twitter comienzan a obtener un “poder sombrío” capaz de convencer a grupos de personas desinformadas de lo contrario a lo que realmente acontece en el mundo científico, tecnológico, político y académico. A eso es lo que apuestan los manipuladores, ya que saben que sus mentiras se esparcirán con un efecto “bola de nieve” provocado por los incautos usuarios que las reenvían. Como resultado, las noticias falsas comienzan a ser aceptadas con mayor facilidad. Esa es una de las principales razones por las cuales ese universo comunicacional en el ciberespacio se ha convertido en un “paraíso” para la manipulación y creación de caos en los flujos de información digital.


REFERENCIAS

Castejón-Lara, Enrique. Fake News Conspiracy. Kindle Direct Publishing, 2019.

Packard, Vance. Hidden persuaders. LG Publishing. USA, 2007.







domingo, 18 de septiembre de 2016

 “Estrategias” comunicacionales con efectos negativos

El Ruido del Mensajero
Desinformación por saturación

Enrique Castejón Lara
Septiembre 2016


Resumen

Quienes no entienden, en su totalidad, el fenómeno de la comunicación social tienden a abusar de la frecuencia de los mensajes bajo el principio simplista, totalmente equivocado, de que lo que se repite hasta el cansancio “convence” a las audiencias. Todo exceso conduce a “indigestión”, incluso en la comunicación. Es lo que se denomina “desinformación por saturación”.



En pleno siglo XXI, con una amplísima gama de recursos tecnológicos comunicacionales a la disposición de los ciudadanos, hay aún fuentes informativas —en especial las vinculadas a gobiernos autoritarios— empeñadas en saturar con mensajes “noticiosos”, fraudulentos o no, a las audiencias, bajo la creencia obsoleta (válida hasta comienzos de la segunda mitad del siglo XX) de que a mayor volumen de información mejor efecto de los mensajes. De ahí los “supuestos” de que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad” o de que “la reiteración continua e indefinida de contenidos condiciona las actitudes del público”.

Lo asombroso, asimismo, es que todavía hoy hay quienes creen en la “publicidad subliminal”. De hecho, hay que decirlo, la técnica existe. Lo falso es su supuesto efecto. Eso se sabe desde la década de los sesenta (siglo XX), cuando la Asociación Internacional de Publicidad (IAA, por sus siglas en inglés) obligó a James Vichary, “creador” de esa “mágica técnica”, a repetir su “experimento” de manera controlada y quien, al final, tuvo que reconocer el fraude. Sin embargo, la propia dinámica comunicacional ya había demostrado la ineficacia de esa “técnica”, por lo que una réplica era innecesaria, pero aún así se hizo. Muchas empresas inescrupulosas destinaron grandes sumas de dinero a campañas “subliminales” sin ningún efecto o cambio en los patrones de consumo. Es decir, nadie, desde que se comenzó a usar tal técnica en el mundo publicitario, se sintió “forzado” a consumir un producto o a usar un servicio (Eric Clark, 1989).

Sin embargo, lo importante es entender que en comunicación hay un concepto fundamental y estratégicamente importante conocido como “ruido” y que está relacionado con todo aspecto, físico o no, que afecte la comprensión del mensaje por parte del público y altere el efecto previsto. El origen del ruido puede ser, incluso —como muchas veces ocurre—, provocado por el mismo emisor, al codificar inadecuadamente el mensaje o al exagerar la difusión de su contenido.

En el campo del periodismo, el primer aspecto está relacionado con la construcción del mensaje (redacción), mientras que el segundo a la “saturación” informativa hasta un punto en el cual genera confusión y rechazo selectivo en las audiencias. Este último aspecto es el que se conoce como “desinformación por saturación”.

Aunque el “ruido” es un problema en todas las manifestaciones del fenómeno de la comunicación social (incluyendo la publicidad), su impacto negativo en el periodismo es realmente lamentable, ya que atenta contra su esencia como servicio público de información de actualidad.

En relación a la “saturación informativa”, es importante puntualizar que no se refiere a la “técnica de la repetición” utilizada en los medios audiovisuales para contrarrestar la inconsistencia o volatilidad de los mensajes transmitidos por ondas hertzianas en radio o televisión. Allí su uso es moderado y está exclusivamente limitado a lograr que las audiencias logren comprender cabalmente una información, aún aquellas que captan tardíamente la transmisión.

Un caso totalmente distinto es el que está sucediendo con los llamados “robots” o algoritmos de envío automático de mensajes en Twitter y Facebook. Esas aplicaciones “bombardean” incesantemente a los “twitteros” con los mismos mensajes ya transmitidos durante dos, tres o más días. En ocasiones, incluso, retransmiten informaciones no confirmadas o sin la debida actualización. Esto no sólo hace que un mensaje se transforme en un factor de perturbación para la audiencia, sino que distorsiona uno de los principios periodísticos fundamentales: la novedad.

Recientemente, en ese sentido, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) publicó en su boletín digital del mes de septiembre de 2016 una información sobre este tema bajo el título “Robots provocan desastre noticioso a través de Facebook[1]. En ese texto, la SIP indica que esa red social despidió a los empleados que supervisaban, ajustaban y editaban los mensajes de los “robots” antes de su transmisión. Luego de eso, Facebook comenzó a divulgar mensajes que generaron confusión en las audiencias.

Aunque la “desinformación por saturación” se ilustra con esas prácticas “tecnológicas” en Twitter y Facebook, es importante destacar que no se limita a esas redes sociales y al uso de “robots”, sino que se aplica de diferentes maneras en muchos medios y en todas las formas de comunicación (especialmente en la publicidad) y que sólo evidencia que, en muchas ocasiones, el ruido suele ser generado por el propio mensajero.





[1] http://www.sipiapa.org/notas/1210510-robots-provocan-desastre-noticioso-traves-facebook